jueves, 11 de marzo de 2010

A LA MUY QUERIDA A LA MUY BELLA





A la muy querida, a la muy bella
Que llena mi corazón de claridad,
Al ángel, al ídolo inmortal,
¡salud en la inmortalidad!.

Ella se extiende en mi vida
Como un aire impregnado de sal,
Y en mi alma no saciada
Derrama el sabor de lo eterno.

Saquito siempre fresco que perfuma
La atmósfera de un reducto querido,
Incensario olvidado que echa humo
En secreto a través de la noche,

¿Cómo, amor incorruptible,
Definirte con acierto?,
¡Grano de almizcle que yaces, invisible,
En el fondo de mi eternidad!.

A la muy buena, a la muy bella,
Que constituye mi alegría y mi salud,
Al ángel, al ídolo inmortal,
¡Salud en la inmortalidad!.

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